domingo, 27 de julio de 2008

El bautizo

A lo largo de la historia reciente de los Estados Unidos, éste pais ha demostrado ser tan terco como una mula cuando se trata de defender sus propios intereses, séan éstos cuales sean y por lógicos o no que parezcan. Para bien o para mal esto habla de un carácter fuerte, decidido y hasta un poco mimado.

Pues bien, lo mismo sucede con mi nuevo ahijado.

A las 10 de la mañana, apurado, llegué a la casa de mis ahora compadres.
Mi primera tarea del dia como padrino de bautizo del pequeño Inti, era vestirlo con su nuevo trajecito blanco. Esta simple tarea resultó siendo la más dificil de todas. Si el Inti no quiere ponerse su sombrerito blanco estilo golfista o sus zapatitos crocs, no lo hace y punto.
No importa cuán lindo sea su nuevo traje, con los niños de 2 años no hay negociación posible.

Es la primera vez que soy padrino y la experiencia fue realmente significativa a pesar de los gastos, de la incertidumbre sobre si el traje le quedaría al niño y de las amanecidas haciendo y doblando los recuerdos.
Es altamente significativa porque es un lazo de amistad con los padres que va más allá del mutuo cariño. Se trata ahora de un compromiso, de un pacto de hermandad no solo con los padres sino con el niño que ahora es tu ahijado, con toda la responsabilidad que esto conlleva.

Sobre el bautizo tengo mucho que contar, muchas histórias y anécdotas. La ceremonia religiosa, el agua sobre la cabeza y la vela prendida, los payasos de la fiesta, los amigos, el baile, los niños brincando en el brincolín, mi bella novia bailando como chamaca, los parientes, etc.
Gracias a Ángel, aquí están las fotos completas del bautizo.

Pero lo más novedoso para mi fue el momento del bolo.

Esta es una tradición que yo nunca había vivido, vaya que nunca había siquiera visto y me tenia muy nervioso a pesar de su simpleza.
En algún momento de la fiesta, se convoca al padrino y a todos los niños del lugar.
Los niños hacen rondita alrededor del padrino y éste a la cuenta de tres ( y solamente si la música ya ha empezado, porque sino sería aburridón) saca una bolsa con muchas monedas (recolectadas previamente, claro. Y en este caso la recolectada de monedas fue un asunto largo, tan largo que ahora cada vez que tengo monedas de a peso, instintivamente me las guardo) y las lanza al aire en donde los desesperados niños las buscan. Al mismo tiempo se lanzan dulces desde todos lados y el resultado son muchos niños peleándose las monedas y olvidando un poco las paletas.
Eso es todo, pero me sentí mucho mas liviano cuando acabó.
Los niños más vivos se hicieron ricos y para los demás hubo premio consuelo.

La fiesta empezó y terminó muy bien. Todos nos fuimos contentos: los papás con el placer del deber cumplido, yo con la alegría de ser nuevo padrino y el festejado, por fin, sin el chamuco a cuestas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Realmente bellas las fotos del bautizo,que hermosa wawa la del Pabel, me emocioné mucho. Mariana