domingo, 23 de enero de 2011

La historia que nunca sucedió ( Parte I )

- No, no, no!!, una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa- le dije un poco irritado y un poco dormido- Yo sé que el fútbol levanta pasiones, levanta los ánimos de la sociedad y es incluso capaz, a veces, de levantarme a mi los domingos de resaca, temprano, para ver al poderoso Bolivar jugar... pero viajar a Oruro? Tan importante es el partido?...Ahhh...Uhhh. Ok,ok...Nooo, claro, este no lo podemos perder....Vale.

Cuelgo el teléfono y me alisto para ir a Oruro, en un viaje express de ida y vuelta para ver, a pesar de la tremenda resaca y las dos horas de sueño, al Bolivar jugar.

El viaje fue largo, cansador.
Justo antes de llegar a Oruro paramos a ponerle gasolina al auto. En la radio anuncian alineaciones. "Ojalá hayan entradas todavia"- nos dice el encargado de la gasolinera.

Aceleramos y conseguimos lugar donde dejar el auto relativamente fácil. Nos apresuramos para llegar a un abarrotadisimo estadio y conseguimos entradas, de revendedor, en la curva norte del estadio. Logramos acomodarnos detrás del arco.
En el estadio no entra un alfiler más pero estamos en un excelente lugar para ver el único gol del partido, en el minuto noventa y de gritarlo a todo pulmón junto a los demás bolivaristas.

Agotados por el viaje, por la resaca y por la adrenalina del triunfo, nos vamos por ahi cerca a comer un pollo frito delicioso. Que ricos pollos cocinan por alla!
Al irnos me doy cuenta que dejé olvidado el celular en el restaurante, por lo que tuvimos que regresar. Por suerte ya el tráfico del estadio había pasado y eso no nos demoró nada.

Ya de noche, regresamos a La Paz, cansados pero con la satisfacción del deber cumplido. Deber de hinchas, de bolivaristas y de ciudadanos decentes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hinchas, si; wolevaristas, si; pero ciudadanos decentes andate a la mierda.... JCMM