Oseaaa Tepoz wey

El fin de semana pasado, acompañando a un amigo boliviano por su aventura mexicana, llegamos a Tepoztlán.
Tepoz, como le dicen cariñosamente, bien podría ser la capital mundial de lo "alternativo" o como le dicen en algunos circulos antropológicos, de lo "chairo".

El lugar es verdaderamente mágico. Enclavado en el valle de Tepoztlán y en las faldas del cerro del Tepozteco, la ciudad es una hermosa combinación de asentamiento prehispánico, naturaleza, construcciones coloniales y, ahora, la modernidad. Sin embargo ésta modernidad no se refleja en las construcciones, que claro que las hay, sino más bien en el nuevo estilo de vida del lugar.

Su ubicación cercana al d.f lo ha convertido en uno de los lugares favoritos para la juventud adinerada que busca en sus angostas calles diversión y "espiritualidad". Es una juventud alivianada. Una juventud con dinero pero con facha hippie. Llegan al lugar en grandes coches de marca pero se bajan vestidos con camisas bordadas y pantalones de manta.

Y para eso, el lugar es perfecto. Todos los negocios y la población en general han comprendido qué es lo que vende para este tipo de visitante: helados orgánicos, masajes con piedras, temazcal para el encuentro con lo indio que todos tenemos dentro, fotografías del aura, comida vegetariana e hindú y limpias con huevo de gallina.

El tour evidentemente no está completo sin la visita a la piramide tepozteca (dedicada originalmente a Ometochtli-Tepoxtécatl, deidad relacionada al pulque y que irónicamente podría explicar la tendencia milenaria de ir a tepoztlán a embriagarse) en lo alto de la montaña, aunque con el nuevo atractivo turistico new age: desde aqui, afirman, es frecuente el avistamiento de Ovnis.

Así es Tepoztlán. Un ejemplo de dos fenómenos: el de una nueva generación alternativa de las clases sociales altas, en busca de una espiritualidad disfrazada y la de una población que ha entendido este nuevo fenómeno y lo ha adaptado para mejorar sus ingresos. Finalmente unos pesos más no están de mas aunque poco a poco se vendan más ensaladas y menos chalupas.